La palabra “layout” proviene del idioma inglés y se traduce al español como diseño, plan o disposición. Se utiliza para hacer referencia a determinado esquema de disposición y distribución dentro de un diseño. Este término se utiliza en diferentes áreas como tecnología, diseño gráfico, marketing (mercadotecnia) y arquitectura.
Dentro de la arquitectura, existen diferentes tipos de layout de acuerdo a sus objetivos y necesidades. Por ejemplo, un layout industrial lo que se busca es optimizar los procesos de traslado de la materia prima o de la mercadería elaborada, con el objetivo de maximizar la velocidad de preparación y disminuir el esfuerzo. En este caso, es fundamental tener un conocimiento previo de los procesos de elaboración para poder diseñar un layout que este a la altura de las necesidades.
Layout aplicado al interiorismo
Hay varios elementos que tenemos que considerar a la hora de elaborar un proyecto de diseño de interiores. Uno de los elementos fundamentales es la disposición del equipamiento y mobiliario en el espacio (layout). Es tal su magnitud que es uno de los primeros materiales que presentamos al cliente ya que, su aprobación, nos permite continuar definiendo otros elementos como la selección del mobiliario.
Cuando comienzo a pensar un layout, en primer lugar analizo el espacio desde lo general a lo particular. Partir de conceptos generales me ayuda a enfocarme y tener claridad sobre la posterior distribución final. A modo de ejemplo, podemos definir áreas comunes y áreas privadas de una casa; o definir circulaciones imprescindibles hacia determinadas zonas. Estos grandes conceptos nos ayudan a tener una visión general de proyecto para luego ir avanzando en otro temas particulares.
Otro elemento a tener en cuenta es la función y/o actividad que se va a desarrollar en un espacio. Son varias las actividades que realizamos en nuestras casas y cada vez es más común que un mismo espacio lo utilicemos para desarrollar más de una función. Independientemente de esto, si pensamos en una cocina, por ejemplo, cuando cocinamos pasamos por diferentes etapas: preparación, elaboración, cocción y limpieza. Si logramos ordenar estas etapas en el espacio podemos generar mayor fluidez y satisfacción en la realización de la tarea así como optimizar el tiempo de ejecución. Es importante tener en cuenta cada una de las actividades (conscientes e inconscientes) que realizamos en cada una de las estancias para poder organizar el espacio de tal forma que todo fluya de forma natural.
Aparte de las actividades a realizar, también hay que tener en cuenta el vínculo entre las diferentes habitaciones. Por ejemplo, el espacio de comedor debería estar próximo a la cocina ya que la actividad de una se vincula de forma directa con la otra. Si la distancia entre ambas es mayor de la deseada o en el transcurso nos enfrentamos a diferentes obstáculos, la experiencia seguramente no sea la deseada y, por lo tanto, el proyecto no sea exitoso.
Otro elemento no menor, es tener en cuenta las características arquitectónicas del espacio. Generalmente, en un proyecto de interiorismo, el espacio ya esta dado, lo que hacemos es volverlo funcional, estético y personal. Para ello, analizamos las entradas de luz natural, la ubicación de puertas y ventanas, la altura de los techos así como los desniveles que puedan existir. Potenciar, disimular o destacar alguno de estos elementos va a depender de la necesidad y el gusto del usuario.
Imagen: Pinterest
Como podemos ver, son varios los elementos que tenemos que considerar cuando diseñamos un layout. Graficarlo de manera clara y ordenada y discutirlo con el cliente es clave para el éxito del proyecto.
Y vos, ¿estás cómodo con la distribución del mobiliario en tu hogar o consideras que se puede mejorar?
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