Sin dudas que la aparición del Covid-19 ha marcado un cambio en la vida o en la forma de vivir de muchos de nosotros. Hace pocoás de un mes veníamos viviendo de una forma acelerada, donde el tiempo tenía su precio y no siempre las cosas importantes tenían su lugar. Para quienes trabajábamos 9-10 horas fuera de casa, el tiempo de estar en ella era contado. Por lo que llegábamos al día viernes con esas ganas y esa necesidad de realmente estar en casa. Pero todo eso cambió, estamos en casa, y ¿ahora qué?
Aceptar que los espacios que antes funcionaban y nos hacían felices, hoy nos incomodan.
Ahora nos toca enfrentarnos con esta nueva realidad. Entender que nuestra forma de vivir e incluso las actividades que realizábamos en casa han cambiado. Nos toca aceptar que los espacios que antes funcionaban y nos hacían felices, hoy nos incomodan. Es que no es fácil lograr la mutación de un mismo espacio para todas las actividades que queremos hacer y mas aún si lo compartimos con otras personas. Llegó el momento de repensar nuestros espacios y transformarlos para volvernos a sentir cómodos en nuestro hogar.
Foto: kutv.com
En momentos de tanta incertidumbre, la inversión económica y el tiempo destinado a las transformaciones en nuestro hogar tienen que ser justos y adaptados a la realidad de cada uno. No esperemos hacer cambios radicales de un día para el otro. Aceptemos el proceso, involucremos a las demás personas que habitan con nosotros y vivamos juntos cada uno de los pequeños cambios que vamos realizando. De qué sirve invertir en un escritorio y una silla para determinado espacio si finalmente nos sentimos mas cómodos y productivos en el comedor?. Para que esto no suceda, es importante que planifiquemos las etapas y que nos preguntemos en cada una de ellas para qué estamos realizando estos cambios. Si cumple con el objetivo planteado, seguimos avanzando, de lo contrario, tenemos que repensar. Es fundamental que dejemos de lado todo lo que viene de “afuera”. No nos olvidemos que nuestro hogar es nuestro y es único y que somos nosotros quienes tenemos que sentirnos a gusto.
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